dijous, 7 de novembre del 2019

Entrevista a Ignacio Urquizu, alcalde d'Alcanyís

Tortosa y Alcañíz son ciudades hermanadas, pero aún cuesta que se reduzca la frontera mental pese que hay escasos quilómetros entre ambas. 

La verdad es que la distancia depende de nosotros. Si queremos reducir esa distancia, debemos trabajar juntos y es algo que sólo exige voluntad. Yo quiero trabajar con la gente de Tortosa. Su ciudad me genera admiración y tenemos unos vínculos históricos más estrechos de los que creemos. Confío en que estos cuatro años hagamos muchas cosas juntos. Alcañiz quiere mirar al Mediterráneo y a Cataluña.

¿Podría ser una explicación la mala comunicación entre territorios?

Desde luego que unas mejores comunicaciones ayudaría. Pero no por llegar 15 minutos antes a un sitio aumentarán los lazos afectivos si no tenemos voluntad de trabajar juntos.

Hace poco estuvo en Tortosa, retomando lo que se conoce como “La Ruta dels Tres Reis”, que une Valencia, Aragón y Catalunya entre los tres territorios fronterizos.

Así es. Es un proyecto en el que creo profundamente. Puede ser una referencia para el debate territorial que tenemos en nuestro país en estos momentos. Tengo el mayor de los afectos por la alcadesa de Tortosa y su antecesor, Ferrán Bel. Creo que demuestra que pensando distinto e incluso sintiendo nuestras identidades de forma distinta, podemos trabajar juntos y tener estrechos lazos de unión. El debate territorial tiene solución si tomamos como ejemplo lazos históricos como "los tres reis".

En un momento socialmente tan delicado como el que vivimos, parece un tema espinoso plantear más puentes y unión entre Catalunya y Aragón y Valencia sin que se le encasille inmediatamente en un bando.

Bueno, nunca he creído en eso de los bandos ni de las bandas. Creo que mucho en la sociedad y en su capacidad de superar las diferencias. Pero para que la sociedad camine en una dirección, son necesarios los liderazgos y los referentes. La responsabilidad que tenemos los representantes políticos es poner sobre la mesa soluciones donde quepan todos, no sólo una parte de la sociedad. Es ahí donde siempre estaré: en el diálogo y en la búsqueda de acuerdos.

En este mismo sentido, la posición de la izquierda no independentista en Catalunya ahora mismo es muy compleja. Es muy difícil poder plantear un debate territorial mientras existen nacionalismos estridentes en ambos lados. ¿Cómo cree que se puede abordar la cuestión independentista, des de una izquierda no nacionalista?

Nosotros tenemos un proyecto, la federalización de España, y un instrumento, el diálogo. No se le puede pedir a nadie que renuncie a lo que es, a su identidad. Pero las identidades forman parte de la 
esfera privada, no de la pública. Por eso, el debate debería ser sobre cómo vivir juntos respetándonos los unos a los otros. Hacer de la identidad un caballo de batalla siempre ha conducido a las sociedades al conflicto. La identidad es sentimiento, es emoción. La política necesita de las emociones, desde luego. Pero también de la razón y de las razones. Por ello, la izquierda no nacionalista antepone la convivencia y la razón a cualquier otra cuestión.

¿Se ha descartado des del socialismo la tesis federalista? ¿Se debe volver a reivindicar?

Algunos siempre lo somos, indistintamente del momento político. Creemos que es la mejor solución para España dada su complejidad y su pluralidad. En algunos aspectos estamos federalizados ya: gran descentralización de competencias. Pero nos faltan los instrumentos de coordinación y cooperación, por ejemplo. También debería existir una mayor garantía constitucional en el respeto de la lengua y la cultura de los territorios históricos. El modelo de financiación, desde luego, será objeto de debate siempre y con ello debemos convivir como modelo federal que aspiramos a ser.

Después de lo acontecido tras la sentencia urge volver a entablar puentes de diálogo. Personalmente, ¿cómo cree que ambos gobiernos deben abordar la cuestión?

Sentándose a hablar con una hoja de ruta sobre cómo deshacer los muros que se han ido construyendo estos años. Necesitamos una hoja de ruta para recuperar los afectos y establecer un horizonte: un marco institucional donde todos puedan convivir.

Alcañiz y Tortosa son ciudades hermanadas y también en problemas. La despoblación, la fuga de talento… Son problemas compartidos entre las dos ciudades y los dos territorios. ¿Se está abordando este problema en Teruel? ¿Cómo se puede retener talento, evitar que la gente marche?

Nuestro principal problema es la despoblación... Estamos haciendo varias cosas. En primer lugar, que el talento doméstico no se vaya dando oportunidades a la gente del territorio con ayudas a los emprendedores, un parque tecnológico, extendiendo la banda ancha....  Es decir, generando un habitat favorable a la innovación y el emprendimiento. Además, invitamos a la gente del territorio a que se 
modernice, investigue.... Tenemos mucho talento por sacar en nuestra propia sociedad. En segundo lugar, estamos hablando con innovadores fuera de nuestro territorio contándoles que aquí podemos hacer lo que queramos. No tenemos límites. O los límites nos los ponemos nosotros.

¿Falta en Madrid (y Barcelona o Zaragoza) más sensibilización por los territorios rurales?

Sí, creo que sí. Sentimos muchas veces que no entienden la necesidad de tener un territorio equilibrado y sostenible. Para ello necesitas un mundo rural dinámico. Somos pocos, pero no poco.

Publicat a la Rosa de Tortosa núm. 44

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